Análisis con perspectiva de género e interseccional
Cada día aumenta el número de mujeres que abusan del alcohol en el mundo, esto constituye un espacio de reflexión abordado desde la perspectiva de género, en cuanto que el alcoholismo es un fenómeno que se presenta en distintos niveles de inequidad entre hombres y mujeres, y a que existen patrones e imaginarios sociales que sancionan que las mujeres consuman alcohol e incitan al hombre al abuso de las bebidas alcohólicas, sin embargo el análisis desde este enfoque ha sido poco explorado y amerita un proceso de elaboración conceptual y metodológica.
Si nos remontamos a los principios del siglo XX, podríamos reparar en los primeros movimientos por la abstinencia de alcohol en que se llegaron a agrupar a miles de seguidores de diferente denominación religiosa y política, pero conformados principalmente mujeres, que luchaban por desalentar el consumo de alcohol, haciendo énfasis en los problemas familiares que ocasiona la embriaguez. Históricamente esta enfermedad ha tenido mayor presencia en el mundo masculino a causa de los símbolos y representaciones que expresan el consumo de bebidas alcohólicas como característica de la virilidad.
Si bien es cierto que con el pasar de los años ha aumentado el abuso del alcohol entre las mujeres, sus prácticas tienen una valoración social y simbólica diferente a la de los hombres, puesto que las mujeres que transgreden la identidad de madre y esposa son consideradas, desde el código de conducta impuesto, como mujeres fáciles, malas o traicioneras, restandoles valor como persona. Por otro lado, para los hombres, el alcoholismo figura como un acto que prueba su masculinidad y refrenda el carácter de "mujeriego" y "aventurero", dicha observación incide directamente en la opinión de las mujeres, quienes relacionan este problema con episodios de hostigamiento sexual y violencia masculina.
Desde otra perspectiva, el alcoholismo está asociado con la vida pública y el trabajo remunerado. La división sexual del trabajo tiene un peso insoslayable, ya que recae en los hombres el rol de proveedor, definiendo el uso del tiempo libre, mientras que las mujeres se ubican en el ámbito doméstico. Dicho esto, vinculando el consumo de alcohol al tiempo libre y a los eventos sociales, no existen espacios de esparcimiento para la mujer a causa de que han estado marginadas en este ámbito social. Recordemos que hace no tanto tiempo las cantinas acostumbraban poner letreros con una frase que hasta hoy algunos conocen: "prohibida la entrada a mujeres, menores de edad, uniformados y perros".
En el caso de México, se puede explicar la diferencia por sexo de acuerdo con la manera en que la bebida alcohólica perjudica el prestigio social de la familia. Para el hombre no es vergonzoso embriagarse, pero sí lo es, en el caso de la mujer. Con base en los informes de la Secretaría de Salud (2002, 2009, 2012, 2017) en 16 años el número de bebedoras consuetudinarias aumentó de 0,7% a 3,5% y con dependencia alcohólica de 0,7% a 2,5%, en comparación con la de bebedores consuetudinarios que pasó de 9,7% a 13,8% y con dependencia alcohólica de 8,3% a 9,6%. Para checar la gráfica da click aquí.
Así pues, las mujeres no cuentan con la misma comprensión, oferta de ayuda y acompañamiento familiar que los hombres, incluso, en algunos casos se presenta oposición por parte de los familiares para que ellas reciban ayuda, muchas veces para evitar hacer público que sufren de esta enfermedad, o inclusive son ellas mismas las que llegan a aislarse para evitar ser estigmatizadas, ocultando su problema y dificultando su proceso de recuperación. Esta situación se ve reforzada por el hecho de que las mujeres alcohólicas están mucho más expuestas a ser sancionadas y criticadas socialmente, porque, de acuerdo con el trato social, son conductas más propias de los hombres. Por tales motivos, la creación de tratamientos específicos que tomen en cuenta y que distingan entre el género, los estereotipos a los que se exponen y el estilo de vida del individuo se ha dificultado, puesto que no se presenta mayor diversidad en grupos de apoyo en cuanto a hombres y mujeres.
Góngora Soberanes, Janette y Leyva Piña, Marco Antonio (2005). El alcoholismo desde la perspectiva de género. El Cotidiano, (132), 84-91. ISSN: 0186-1840. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=325/32513209
Gutiérrez Portillo Ángel A. (2020). La ingesta de alcohol y su rehabilitación en México. Cultura Y Droga, 25(29), Pp. 147. https://doi.org/10.17151/culdr.2020.25.29.7.
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